viernes, 24 de agosto de 2007

Reporte 1: ¿Hoy es viernes 13?

Debe ser viernes 13. Todo lo que usualmente a mí nunca me falla, me falló en la primera cita de mi campaña en busca de mi alma gemela.

C. ya me había dicho el miércoles que ya tenía su primer donativo para la causa, pero no fue sino hasta hoy que me lo confirmó. Me confié de que tenía todo bajo control... pero no.

No pude salir temprano porque se presentó un inconveniente en el trabajo, por lo tanto no pude ir a mi casa a cambiarme de ropa y debí recurrir a mi look whatever de ir a la universidad (no hay nadie que me guste por allá, y quiero estar con ropa cómoda después del uniforme de trabajo). Ok, pasable.

Dos dólares en mi bolsillo. Perfecto, voy a ir al cajero a sacar dinero - error - no recordé que el cajero lo cierran después de las siete de la noche. ¡Bah! No hay problema, voy al del mall - error. La máquinita no tenía ganas de darme mi plata sino de ofrecerme consultas únicamente, entonces me di cuenta que la noche pintaba para trágica.

Ok, me dije a mi misma: ya le dije a mi amiga que sí iba, así que voy, no me tomo nada, y luego me tocará regresar en bus. Ay, yo tan optimista - no recordaba donde quedaba el bar de C.

Ya en camino, en bus y buscando con la mirada algo que reconocer de mi primera visita a su bar, decido bajarme en una parte que posiblemente estaba cercana - error-, y pasarle un mensaje para decirle que estaba perdida y contarle el resto de mis tragedias. Me dio una indicación de un supermercado que no sabía yo donde estaba, y para colmo la batería de mi celular empezó a dar sus gemidos agónicos, así que le dije que lo sentía mucho, pero realmente todo estaba en contra y que no había forma de que yo llegue, que me disculpara con su amiga.

Comencé a caminar sólo por gusto, y entonces pensé que no era justo con la chica que yo no llegara, que a mí no me gustaría que me hagan eso, que ella no tenía la culpa que el destino se hubiese ensañado conmigo este día y que nos respeto demasiado (a las mujeres) como para hacerle eso. Así que empiezo a preguntar de cuadra en cuadra si alguien conocía donde quedaba la calle de ese supermercado. Luego de caminar como diez minutos, con 1.25 en el bolsillo, empecé a reconocer la calle y encontré el bar de mi amiga.

¡Perfecto! No. Adentro escuchaba un karaoke, pero cuando intenté abrir la puerta estaba con seguro y nadie me iba a escuchar si tocaba. Ok, me dije, ya que estoy aquí, llamo a mi amiga al celular para que me abra la puerta (no tengo idea porque estaba con seguro). Como no tenía tiempo aire, camino dos cuadras en busca de cabinas telefónicas, saco mi celular del bolsillo y oh, sorpresa, se había apagado. Dije: genial, con una sonrisa de ¡maldición!.

Pero entonces toco mi bolsillo y recuerdo que llevaba conmigo el cargador. Le pedí al señor que atendía las cabinas que me conecte el telefóno para sacar el número (ya queda un dólar), llamo a mi amiga y le digo que había logrado llegar y que no podía entrar. Ella llama para hacer que me abran la puerta, puesto que ella estaba en casa de su novia y no en el bar.

Entro y había tres chicas en la barra, fumando y usando el karaoke. Chevere, y sin saber si una de ellas era, digo hola y me siento a un lado, puesto que la socia de mi amiga si me conocía y me dijo que la espere ahí. Pasaron minutos y vino la hora, escuché diez canciones de Selena cantadas por las amigas de C. - lo que si fue algo entretenido - llegó otra chica, se sentó en una mesa y pidió una cerveza. Ok.

Pensé en preguntarle por un mensaje cuál era ella, pero entonces se me ocurrió que talvez C. la había invitado sin decirle directamente que era para conocerme y me detuve. Entonces le pasé tres mensajes a C. preguntando por su amiga, pero seguramente "estaba muy ocupada" porque no me respondió. Y no es tan fácil como poner a preguntarle a cinco chicas (para este entonces) cuál de ellas era tu cita a ciegas.

A las diez de la noche me rendí. Me despedí y aquí estoy, haciendoles la crónica de una catástrofe anunciada.

Estoy segura que las próximas saldrán mejor.

Notas para recordar:

- Soy una mujer de planificación, jamás voy a volver a hacer algo que no haya tenido previsto al menos un día antes. Soy medio neurótica y prácticamente hago una revisión mental con sus debidos apuntes (no bromeo) de todo lo que necesito antes de una cita.

- Jamás saldré a una cita sin mi cargador.

- Debo implantar un sistema de como se va a manejar lo de las citas.

8 comentarios:

Bélica dijo...

Esa cita trucha que tuviste es porque yo no estuve detrás de su organización. Además la chica debio saber que eras tú si no se acerco talvez era mas timida que tú puede haber muchas hipotesis, en tal caso tu amiga C.Tendrá que decir que realmente sucedio

Lesent dijo...

Le escribí a la chica para pedirle disculpas por haberme ido, y estuvimos chateando desde las 11 y media de la noche hasta las 2 de la mañana, es bastante agradable.

Cicutarsenica dijo...

¡No busques más¡ ¡Aquí estoy!

Vico dijo...

jajaja sorry pero tu cronica me mato de la risa! no es que me alegre de las tragedias ajenas, pero fue tregicomica la historia...

juro que me estoy divirtiendo con este blog...esta genial, felicitaciones y sigo el proceso en tu busqueda de alma gemela

Anónimo dijo...

Mafer: Cierto!! Como no te mencione a mi estimada Cicuta? en que habré estado pensando.

Charruita: Hey!! como vas? un placer leerte como siempre, gracias por apoyar a la causa =D

Lesent dijo...

Cicuta: Pues cómo, cuándo y dónde.

Charruita: :D burlate no más de mi desgracia, que no me enojo.

Bélica: Claro pues, me estás escondiendo a las amigas...

Anónimo dijo...

El kep persevera alcanza!!!
El no haberte encontrado en la cita fue falta de coordinacion de parte de C.`peeeeeeeeeero aki toi!!! El martes sera otra historia y tendras kep eskribir kosas mejores :) De hecho me gusta esta page y sera komo el diario pa leer tuttos los dias
Iop la k escribe kon K Johanna

Diana Patiño Flor dijo...

Chuzo, qué buena crónica, jeje, pero bueno, de los errores se aprende.

Veamos qué tal resulta la siguiente cita.