miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Mis motivos para ser "políticamente incorrecta"?

Desde los dos años y medio he estado conciente que me gustan las mujeres. Claro, cuando dejaba que la vecinita de la esquina se llevara mis juguetes no tenía segundas intenciones, me encantaba verla feliz, me parecía la niña más bonita que había conocido (y era una mujer "madura" que me duplicaba la edad, osea, tenía cinco).

Nunca tuve la obligación de jugar a las muñecas, a pesar que tenía muchas, porque tenía por igual carros y mi triciclo de He-man que mi mamá compró barato en un viaje a Perú. Es que cuando yo era pequeña, el dinero se tenía que aprovechar. Mi mamá era una ayudante de enfermería que mantenía dos hijas, a mi hermana mayor que estaba en el colegio y a mí.

A mi papá no lo conocí hasta que tuve 16, y fue desde entonces que existí como ciudadana, debidamente registrada con mi apellido actual en el registro civil.

Tampoco es que tuviera muchos modelos en extremos de feminidad en mi familia. En total somos diez mujeres, divididas en tres casas, y que casi nunca se ven, ¿por qué no hay hombres? pues porque ni mi mamá, ni mis tías, ni mi prima los consideraron necesarios, y al primer maltrato los mandaron a volar.

Cuando llegué al primer grado, me enamoré de mi profesora. Aún la recuerdo perfectamente, cada detalle, y también que aprendí a leer y escribir en dos meses mejor que mis compañeros (no pasé por el kinder), sólo para impresionarla.

A los siete tuve una experiencia traumática, de la que aún no estoy lista para hablar, pero que ocurrió cuando yo ya sabía quien era, no sabía como se llamaba ser como yo, pero yo entendía que era "políticamente incorrecta".

En el colegio tampoco fui un ejemplo de feminidad. En algún momento cuando a mis amigas les repartieron su dosis de "señoritas", creo que falté. Así que estaba desubicada, pensando como una niña cuando a mis trece ya debía pensar como toda una "mujer".

Tampoco tuve una buena relación con mi mamá, más bien ahora, a mis veintitrés años me siento más unida a ella que durante mis primeros veinte años de vida, debido, en parte, a la gran brecha generacional que nos separa, ella tiene cuarenta años más que yo.

De otro lado, a los diesciséis años vino la primera chica de la que me enamoré. Por supuesto, heterosexual. Viví mucho tiempo llorando por los rincones, asustada, destrozada, pero sobreviví (siempre sobreviviré, de eso no me cabe duda). Pero por ella, para agradarle y no asustarla, me empecé a vestir femenina y a actuar femenina, hasta que me di cuenta que me sentía más cómoda de esa manera. Cuando terminamos el colegio y después de dos años de estar a punto de la deshidratación por tanto llanto a escondidas, la eché (casi literalmente a patadas) de mi vida. Desde entonces nunca la volví a ver.

De vez en cuando hemos quedado vía telefónica de vernos, pero por una u otra razón nunca hemos podido. Sé que no le ha ido bien, y eso realmente me apena, tenía todo para ser feliz. Hasta el momento no sé en qué parte del camino se perdió.

Estoy segura que cualquier psicólogo acordaría que tengo razones de sobra para bisexual (70% mujeres, 30% hombres), y la verdad es que pueden tener razón... o no. Yo sólo sé que siendo lo que sea, por los motivos que sean, y aunque algunos lo recriminen, en algún momento compartiré mi vida con una persona realmente especial, realmente genuina, probablemente sea una mujer; y entonces le daré todo mi cariño y lo mejor que pueda sacar de mí para hacerla feliz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre te he dicho que este blog me gusta mas que el resto que tienes, talvez porque por medio de él logro conocer ciertas cosas que aveces por cuestión de tiempo, lugar et no podemos conversar.

Polilla dijo...

esto parece acecho, pero me identifique con el relato y mis dedos se hacen agua por comentar. Asi que les doy el gusto y aca vamos.
Me encanto el final, pienso igual que vos...nunca me senti comoda con ropa demasiado femenina y tambien tuve cosas de he-man aunque era su espada.
No sos politicamente incorrecta, nunca se te ha ocurrido pensar que lo correcto no existe, que es una etiqueta con la cual...se persigue a la gente.
besos

Anónimo dijo...

que chevere he-man!!!! jaja aunque yo tenia todo de los thundercats!!!